No negaré
No mentiré,
que en vano esperé tu mensaje,
que en vano aguardé
con paciencia
la validez de tus palabras,
la credibilidad del perdón
y la sutura del corazón
muerto.
No negaré cuanto anhelé,
con desdicha,
la llegada de tu cuerpo,
de tu magnificencia,
de tu alma y tu fragancia;
no negaré lo malherido
que me siento,
no negaré el mal sentir
que me has dejado,
no negaré cuanto en tí he impuesto,
y tampoco negaré cuanto amor te he otorgado.


AGONÍA I
Al lado de tu lecho,
reposaban las cartas,
esos espejos níveos
que se deslizaban
por la lúnula
de tus dedos.
Esas mismas epístolas que,
enamorado,
te escribí.
Esas que alguna vez,
lejos, quizás,
fueron escritas
con un cálamo
rojo y negro.
Tanto anhelé decirte,
en alguna carta
remota,
cuánto te amé,
cuánto te quise
y cuánto quería
casarme contigo.
— Qué ganas más tontas —
saber que ahora,
duermes para siempre.